La vida sí es un círculo, pero no porque tenga karma ni maya ni samsara. No hay siquiera una esperanza de liberación. El mundo, con toda la vida que carga, es una noria destinada a girar sobre sí misma, sin origen ni consecuencia, para siempre. Quién sabe si esa noria esté condenada a desgastarse después de miles de vueltas.