La Viuda nunca pregunta de dónde salen los tributos, prefiere no enterarse de los esfuerzos que hacen sus seguidores para obtenerlos, de saberlos se sentiría culpable. En el b
Marcia Ramosцитує7 місяців тому
Carlos sonríe y entra a su casa. Por suerte Tapia no alcanza a leer. Cómo disfrutaría con esto el malagradecido. Rápido toma otra placa, un clavo, un mart
Marcia Ramosцитує7 місяців тому
Ella curó la epilepsia del niño con un talismán de salud infinita, a punta de rezos y ron bendito y con eso él sí que terminó de cree
Marcia Ramosцитує7 місяців тому
les dijo que ella también tenía hijos chicos, por eso les perdonaba la vida. Inés, se llamaba
Marcia Ramosцитує7 місяців тому
las que alimento a los perros. Cuando eran niños él le creía todo a su hermana, e incluso la defendía en la escuela cada vez que le decían loca. Pero a ella no le importaban los insultos y menos la ayuda de su hermano me
Marcia Ramosцитує7 місяців тому
manto de calor que recubre la ciudad. El aire huele a carne, carbón, cerveza. Natalia le da una palmada al volante, todo aquí le parece tan vivo, una existencia que vale la pena. La chica le pide que abra el male
Marcia Ramosцитує7 місяців тому
corazón late apretado y revuelto. Lloras despacio, eres un objeto temblando sobre sí mismo. Juntas fuerzas y te levantas. La puerta está cerrada. Golpeas, golpeas, te rompes las manos golpeando
Marcia Ramosцитує7 місяців тому
reggaetón sonando aquí? Solo esa vez que los boiescaut se avivaron para un cumpleaños, ¿te acordai? Por eso no los dejé entrar un rato largo. No me importa tener menos clientes un día o que se calcine la gente afuera, sé que a La Atacama todos vuelv
Marcia Ramosцитує7 місяців тому
desierto, aprieto los dientes, suenan como piedras. Desaparecen los muros, el suelo se transforma en un campo abierto y fértil, capaz de dar vida a cualquier cosa
Marcia Ramosцитує7 місяців тому
soñaba todas las noches contigo y la abuela. —¡Mentiroso, Manuel! —Ya, pero una vez soñé que nos comíamos los huesos de un pollo sobre la cama de la abuela y la Pasto chupeteaba los res