El color del silencio

«Todo tiempo pasado fue futuro alguna vez», pensó, y el pensamiento le hizo daño.

El pasado es fundamental para poder entender y aceptar el presente

Todo el mundo supone que es el único que tiene secretos, que los demás son almas cándidas, seres sencillos que viven solo en la superficie mientras que uno es el único capaz de doblez, de profundidades que tiene que esconder de los que le rodean.

Nadie puede desear que lo vean así, ni siquiera cuando se trata de personas queridas, particularmente cuando se trata de personas queridas

Cuanto más sabes de alguien, menos puedes idealizarlo. Por eso uno decide que es mejor no saber, y así nos va. Desconocidos todos. Encerrados en nosotros mismos. Eternos solitarios.

Cada ser humano es un espíritu enorme encerrado en un cuerpo muy pequeño que envejece muy deprisa, en un círculo familiar ridículo, en un círculo de amistades diminuto… y nadie sabe nada de nadie.

Lo natural, incluida la vida, siempre es menos dulce que lo artificial.

Todo tiempo pasado fue futuro alguna vez

Esa curiosa manía de los seres humanos de buscar el sentido de las cosas, ese impulso que nos hace ver figuras en las nubes de verano, en las manchas en el techo de una habitación, en las grietas de las paredes, hasta en la superficie de la luna. Pareidolia, se llama.