Remedios para la vida

acuérdate del pecado para lamentarlo; acuérdate de la muerte para refrenarte; acuérdate de la justicia divina para temer, y de su misericordia para no desesperar.

Preferiría que tu voluntad fuese buena, tus deseos puros, tus consejos honestos, tus hechos rectos y tu vida irreprochable

admitiré que la belleza pueda llamarse ornamento de la virtud

Cuánto mejor sería que lo fuese la de tu alma! Hay, en efecto, una belleza del alma, mucho más suave y cierta que la del cuerpo, que también tiene sus leyes y que se atiene a un orden y a la disposición armoniosa de sus partes.

GOZO He nacido libre.

RAZÓN No se llama libre el que nace con libertad, sino el que muere con ella, pues la fortuna tiene mucho poder sobre el que nace, pero ninguno sobre el que muere

¿Quieres saber cuánto tienes de sabio? Vuelve la vista atrás; recuerda cuán a menudo has tropezado en esta vida, cuánto has errado, cuántas veces has caído, cuántas cosas vergonzosas, angustiosas y repugnantes has hecho, y entonces, si te atreves, llámate sabio. Pero dudo que seas tan osado.

GOZO El vulgo me llama sabio.

RAZÓN A su manera, el vulgo ha aprendido a llamar locos a los sabios y sabios a los locos, que es tanto como tener lo falso por verdadero y lo verdadero por falso. Nada está más apartado de la virtud o de la verdad que la opinión del vulgo.