Virgo

pueden perdonar, quizá, la maldad, pero nunca la idiotez.

Se les tiene que explicar que en este mundo, de la misma forma que hay flores, tenemos el sexo, que tiene una función esencial y creativa en la vida del hombre y que no es un demonio de la perdición, sino un ángel de salvación.

Adoran las bonitas telas y los cortes clásicos, que son parte importante de su fondo de armario: loden, faldas escocesas, chaquetas inglesas.

Detestan la violencia, la risa, no son pasionales y saben defender la propia tranquilidad personal sin agredir ni abusar, confiando sólo en la validez y el sentido común de sus razones.

Críticos y autocríticos, no perdonarían a los demás lo que no se perdonarían nunca a sí mismos.

Mercurio, planeta de Virgo