Independientemente de lo que tuviera en el bolsillo, de lo que costara mi traje, nadie me impediría actuar como si fuera un ganador. Nadie me impediría que actuara como si mis problemas estuvieran todos en el proceso de resolverse. Muy pronto, actuar como si algo fuera realidad llegó a ser tan convincente que empecé a creer en mí mismo. Empecé a pensar de manera futurista, como si ya hubiera pasado el examen, sopesando lo que ocurriría a continuación