Cuando empezamos a amarnos, no podía imaginar que llegaría un día en que pondríamos fin a nuestra relación. Era feliz, y creía que ella también lo era. Hasta que la situación cambió. Yo era feliz, pero ella estaba triste. Sin duda al amor le llega su final y no obstante, aunque lo sabemos, de todos modos nos enamoramos. Tal vez sea lo mismo que ocurre con la vida. Llega a su término indefectiblemente, y aunque lo sepamos, seguimos viviendo.