Guillaume Lamarre

Según Shunryu Suzuki: “El espíritu del principiante contiene muchas posibilidades, pero el del experto contiene pocas”. Adoptar el espíritu del principiante implica ser capaz de conservar una actitud atenta y abierta. La fuerza del hábito y el miedo nos pueden hacer perder ese espíritu.

Como el tirador de arco, tienes que adoptar el principio del desprendimiento y aceptar la idea de que el blanco no es el objetivo. El objetivo está más allá. Como dice el maestro del tiro con arco Kenzo Awa: “Tus flechas no llegan, […] porque espiritualmente no llegas lo suficientemente lejos. Actúa como si el objetivo fuera el infinito”.32 Apunta a lo imposible, porque, en realidad, no existe objetivo demasiado pequeño ni demasiado grande. Lo que cuenta es nuestra intención. Una intención suave y relajada, como la que ponemos en conducir a un niño por el buen camino. Dicha intención se manifiesta en la acción, y de esta acción nace el desprendimiento. Así, puedes tener la mayor de las ambiciones, pero para cumplirla deberás partir de la intención más sencilla. El autor Jean Echenoz a eso lo llama “la insistencia”.

Tienes que saber, en primer lugar, que la guía del samurái existió y existe realmente. Se trata de un libro llamado Hagakure. En japonés, la palabra hagakure significa “oculto bajo las hojas” u “hojas ocultas”. El libro es una recopilación de las conversaciones mantenidas durante siete años por un aprendiz de samurái, Tashiro Tsuramoto, y un maestro jubilado de unos 50 años, Yamamoto Tsunetomo, y fue escrito a mediados del siglo XVIII.