los seres vivos tienen zoé, o sea, son seres vivos, pero somos únicamente los seres humanos quienes podemos tener bíos, una «biografía», es decir, quienes podemos entender y plantearnos nuestras vidas como algo merecedor de un «relato», como algo que puede ser contado. No es que no podamos «narrar» la vida de un animal, sino que él mismo no puede planteársela como un conjunto de episodios «narrables». Digamos que lo que nos distingue a los humanos es nuestra capacidad de contarnos cuentos, y de que nuestra vida dependa en buena parte de esos cuentos, hasta el punto de que vemos nuestra propia vida como una historia de la que somos el protagonista.