Cecilia Agüero

  • Daniel Aliceaцитує2 роки тому
    Aun así, si tuviese que escoger un camino, volvería a tomar el que me conduce a ti. A esta casa.

    A esta vida.
  • Daniel Aliceaцитує2 роки тому
    En mi torre de recuerdos obtusa, pierdo cada vez más las sensaciones iniciales para permearlas de mi realidad de hoy. De mi realidad en plural.
  • Daniel Aliceaцитує2 роки тому
    Tan irreconocible como estaba él, saliendo a la calle con pasos toscos, auxiliados, en una ciudad que recordaba como suya pero que parecía haber perdido el alma.
  • Daniel Aliceaцитує2 роки тому
    Por eso, no podía entender qué mierda estaba haciendo ahí, en una calle helada de Berlín, con ese jodido alemán tomándole por sorpresa y sujetándole de la chaqueta para obligarlo a chocar sus labios contra los suyos.

    Estaban fríos. Y él se sentía ardiendo.
  • Daniel Aliceaцитує2 роки тому
    Bastien, a pesar del rencor y el disgusto que le provocaba imaginarse sucio de esa manera —pisando y viviendo en Alemania, sí, y aún peor, ¡en Berlín!—, se dio cuenta de que una llama de emoción se había encendido de golpe en su interior. Llenaba el espacio que había perdido con la derrota francesa, y no el de su pierna. Ese más hondo, lleno de indignación y orgullo herido.
  • Daniel Aliceaцитує2 роки тому
    Un año después, esa llama se había vuelto un incendio. Y Bastien se quemaba en una triste habitación en el odiado Berlín, preguntándose qué demonios debía hacer.
  • Daniel Aliceaцитує2 роки тому
    De alguna manera, era casi tan excitante y peligroso como el campo de batalla: infiltrarse en las filas enemigas para absorber aquello que precisaban para aplastarlos.
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