«Sabía mucho tiempo antes de empezar a matar que lo haría, que las cosas acabarían así», nos dijo un asesino múltiple. «Las fantasías eran demasiado fuertes. Las había tenido durante demasiado tiempo y eran demasiado detalladas». Después de empezar a matar, el hombre seguía teniendo fantasías. «Es un desarrollo progresivo. Te cansas de un nivel de fantasía y pasas a otro, a cosas todavía más raras… la cosa fue tan lejos, llegó a tales profundidades, que todavía no he llevado a la práctica mis peores fantasías».