Cuando mis padres se casaron a finales de los años cincuenta, Henne tenía cinco y Toddiewoddie cuatro años. Mi padre, HEHH, Henri Elias Henrikus Holbein, artista aficionado, seminarista frustrado, creyente y (ex)convicto, se convirtió en el padrastro de ambas, años antes de engendrarnos a nosotros, los más pequeños, y de transformarse, gracias a sus estudios nocturnos, en matemático, científico y estadístico; en un ciudadano respetado y pater familias con un excelente empleo