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Jean Grondin

  • Sergio Castroцитує2 роки тому
    Mucho antes que Kant, Platón había comprendido que la naturaleza visible no podía comprenderse más que a partir de su sustrato inteligible, «el alma del mundo». Hay, pues, una correlación entre la naturaleza y el espíritu, como pretende la filosofía trascendental, pero el Absoluto está tan presente en la naturaleza como puede estarlo en la mente. Esta identidad entre naturaleza y espíritu se convertirá en el gran leitmotiv de la filosofía de la naturaleza de Schelling.
  • Sergio Castroцитує2 роки тому
    Fichte ha desarrollado magistralmente esta filosofía del Yo mostrando que la naturaleza entera sólo podía comprenderse a partir de su actividad originaria. En el punto de partida, la «gran física» del joven Schelling sólo espera completar el trascendentalismo de Fichte, pero a su insistencia en el absoluto que se realiza ya en la naturaleza le acompaña una crítica: ¿no queda Fichte prisionero de un idealismo puramente subjetivo, que se queda en el punto de vista finito, sin jamás alcanzar el infinito, prometido sin embargo por la idea de un absolutes Ich, de un Yo absoluto? La filosofía, que es la ciencia que comienza sin rodeos a partir del principio, ¿puede partir de algo que no sea el Absoluto pensado como autoposición? Sólo el absoluto —y el absoluto ya realizado como naturaleza— puede constituir el punto de partida de la ciencia. Schelling es, pues, el primer idealista que parte, de una manera consecuente y resuelta, de la idea de un absoluto ya realizado. Este absoluto lo pensaba todavía Fichte algo alegremente como exigencia (Aufgabe) o como tarea por realizar mediante la acción práctica del Yo. Pero ¿no es violentar la autonomía y la autarquía del Yo absoluto pretender que el absoluto dependa de un impulso humano, ciertamente aleatorio? ¿No dependería entonces lo infinito de lo finito?
  • Sergio Castroцитує2 роки тому
    Me he vuelto mientras tanto espinosista… Para Spinoza, el mundo (el objeto en su oposición al sujeto) era todo, para mí, es el yo. La verdadera diferencia entre la filosofía crítica y la filosofía dogmática me parece que reside en que la primera parte del Yo absoluto, que no está condicionado aún por ningún objeto, y la segunda parte del objeto absoluto o No-Yo. La filosofía debe necesariamente partir de lo Incondicionado, y la única pregunta que se plantea es entonces saber en qué consiste este in-condicionado, si reside en el Yo o en el No-Yo. Cuando esta cuestión esté resuelta, todo estará decidido. Para mí, el principio supremo de toda filosofía es el Yo puro y absoluto, es decir, el Yo en la medida en que es simplemente Yo, en la medida en que no está todavía condicionado por los objetos, sino que está puesto libremente…
  • Sergio Castroцитує2 роки тому
    ¿No está originariamente en obra la subjetividad trascendental en la naturaleza antes de reflejarse en la conciencia del Yo? Schelling escribe a Fichte: ¿no es acaso el Yo lo mismo que naturaleza, «cuya conciencia de sí no es sino la potencia superior»?67 ¿No es preciso que la naturaleza se convierta en espíritu antes de poder ser deducida del Yo?68 Para Fichte, como para Kant, la naturaleza no era más que un producto de la representación subjetiva del Yo, un simple No-Yo, Ahora bien, en Schelling, la Naturaleza aparece de alguna manera como el «primer Yo», porque ella posee ya subjetividad (la natura naturans, la naturaleza que se da a sí misma «naturaleza»), autonomía, finalidad, libertad y necesidad, mucho antes de que esas categorías sean propiedades del Yo humano.
  • Sergio Castroцитує2 роки тому
    De hecho, el sujeto trascendental mismo se deduce de un sujeto más originario aún, la naturaleza pensada como manifestación originaria del Yo.
  • Sergio Castroцитує2 роки тому
    A ejemplo de Fichte, con quien piensa todavía poder formar un frente común, Schelling sostiene que el objeto de la filosofía consiste en volver a las condiciones de posibilidad del saber. Ahora bien, todo saber eleva una pretensión de verdad, que debe comprenderse como la adecuación entre el conocimiento y el objeto, por tanto como una concordancia entre el sujeto y el objeto o, para Schelling, entre el Yo y la naturaleza.

    Para que esta concordancia sea posible, es preciso presuponer a priori la unidad indisoluble entre sujeto y objeto. El punto de partida de la filosofía, o de la ciencia, no puede ser más que el sujeto-objeto, la unidad primera digna de ser llamada absoluto. Ese nivel de pensamiento es, evidentemente, el de la filosofía. Pero si se quiere elevar la conciencia no filosófica a ese plano, y hacerle ver la unidad entre sujeto y objeto, dos son los caminos posibles: el de la filosofía de la naturaleza, que muestra cómo el objeto termina por reflejarse en un sujeto, es decir, cómo la naturaleza se «espiritualiza», y el de la filosofía trascendental, la cual busca más bien deducir la naturaleza a partir del yo, mostrando cómo un objeto se añade a un sujeto. La filosofía trascendental viene así a explicar no sólo cómo el Yo pone el No-Yo, sino que también demuestra la unidad entre ambos, al reconocerse el Yo en su propia producción.
  • Sergio Castroцитує2 роки тому
    Por más que se diga, todo cuanto hay de elevado y grande en el mundo ocurre por alguna cosa que podemos llamar metafísica en el sentido más general. La metafísica es aquello que crea orgánicamente los Estados y lo que hace de una muchedumbre humana un corazón y un alma, es decir, un pueblo. La metafísica es aquello que permite que el artista y el poeta reproduzcan en una forma sensible la sensación viviente de los arquetipos eternos.
  • Sergio Castroцитує2 роки тому
    La metafísica es aquello que permite que el artista y el poeta reproduzcan en una forma sensible la sensación viviente de los arquetipos eternos
  • Sergio Castroцитує2 роки тому
    Schelling espera responder así a la acusación de espinosista. El panteísmo, que Schelling defiende, no excluye la libertad desde el momento en que afirma que todo tiene su fundamento en Dios. Muy al contrario, es la voluntad libre, proclama Schelling, la que expresa el ser esencial, tanto de Dios como del hombre o de la naturaleza en su conjunto, pensada como libre despliegue de Dios. De ahí la vigorosa tesis de Schelling en su ensayo de 1809: «En suprema y última instancia, no hay otro ser que querer. Querer es el ser originario»
  • Sergio Castroцитує2 роки тому
    Esta concepción monista e identitaria del absoluto, o de la razón, se preconiza como la única manera consecuente de pensar el Absoluto: un pensamiento que fuera distinto de su objeto no estaría ya a su altura. Toda distinción entre el sujeto y el objeto, o entre el que piensa y su objeto, vendría a introducir un límite, una escisión en el absoluto.

    No se puede hablar, por consiguiente, más que de intuición intelectual para explicar este pensamiento del absoluto. Esta intuición había sido rechazada por Kant, pero el primer Fichte se remitía a veces a ella para hablar de la conciencia que el Yo tenía de sí mismo y de su actividad.72 Pero, para Schelling, sólo puede hablarse de la intuición de la identidad y de la indiferencia absolutas. Se trata de una intuición (Schelling dirá a veces Ahndung, presentimiento), porque este conocimiento debe ser inmediato, ya que cualquier mediación introduciría un límite en el pensamiento del absoluto. Para una filosofía de la identidad, esta intuición intelectual del absoluto no es tanto la intuición que nosotros tenemos del absoluto como la intuición que el absoluto tiene de sí mismo. Y esta intuición no es diferente del absoluto mismo, porque en el absoluto pensar y ser son lo mismo.
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