Watchman Nee

El pecado de los celos y de la rivalidad es una prueba eminente de carnalidad.

Las divisiones en la iglesia son debidas exclusivamente a la falta de amor y a la carnalidad.

La mayoría confían en su propio método, pretendiendo que no son tan malos después de todo.

No hay que conquistar la carne: tiene que morir.

De momento, haced el favor de dejar de mirar vuestras experiencias y oíd lo que Dios os dice.

Si no escucháis su Palabra y en lugar de eso observáis continuamente vuestra situación, jamás viviréis la realidad de que vuestra carne ha sido crucificada en la cruz.