Parker S. Huntington

“Lo que es egoísta es exigir a otro que soporte una existencia intolerable, solo para ahorrarles a las familias, amigos y enemigos un poco de examen de conciencia”.

Eso es lo que pasa con la desesperación. Se construye como una torre de Jenga. Más y más alto, sobre un terreno inestable. Un mal movimiento, y estabas frito.

Siento que tu alma y la mía están hechas de la misma materia. La babosa negra.

Me das esperanzas, pero eso es lo último que debería tener.

“El suicidio es una guerra de dos miedos: el miedo a la muerte y el miedo que te empuja hacia ella. El lado más fuerte siempre gana. Y si pierdes, la pena es la muerte”.

Una vez al año, durante una hora robada, me permitía ser el veneno. La toxina. La cosa que la envenenaba. Pero con un lapso momentáneo de

A los que caminan por el borde del tejado, no lo hagan.
Y a los que lo hagan, buena suerte sobreviviendo a ustedes mismos.

Lo que es egoísta es exigir a otro que soporte una existencia intolerable, solo para ahorrarles a las familias, amigos y enemigos un poco de examen de conciencia”.

Dicen que el amor no tiene ojos ni oídos. Se olvidaron del cerebro. Eso también falta.

—Te sugiero que dejes de lamer pies.

—Y de beber cerveza, aparentemente.

—Te acostumbras. A nadie le gusta el sabor del alcohol. Solo la forma en que te hace sentir.

Necesitaba pensar.

— Hashtag mientes. —Dejó escapar un bufido sin humor—. Te vi inclinado sobre el borde. Estás aquí por la misma razón que yo.

—¿Cuál es?

—Para acabar con todo —