Juan Luis Arsuaga

  • Bonzo Poeцитує2 роки тому
    Nuestro organismo se ha ido construyendo igual que un libro: corrigiendo, tachando… No somos el resultado de una planificación, de un diseño. La naturaleza, como demostró Darwin, carece de propósito. Sin embargo, es capaz de crear estructuras biológicas con propósito. La naturaleza no busca, pero encuentra.
  • Bonzo Poeцитує2 роки тому
    Como es habitual, cuanto más aprendía más se ensanchaba mi ignorancia.
  • Bonzo Poeцитує2 роки тому
    Cada uno, incluso en el más allá, es víctima de sus referencias.
  • Bonzo Poeцитує2 роки тому
    Decía Ortega que la civilización consiste en coger una aldea y hacer un agujero en el centro: ese agujero es la plaza, el ágora. El ágora está de espaldas a la naturaleza, es un espacio público completamente urbano. En el ágora empieza el pensamiento, la comunicación, la política, el mercado, la economía. Es la negación de la naturaleza, es el no-campo. Lo primero que te debes preguntar de una cultura es si tiene espacios públicos. De ser así, se trata de una civilización en el sentido contemporáneo del término. En caso contrario, es una agrupación.
  • Bonzo Poeцитує2 роки тому
    El de la domesticación, ya lo irás viendo, es un gran tema. Los seres humanos somos una especie autodomesticada.
  • Bonzo Poeцитує2 роки тому
    Los seres que mejor se adaptan al nicho que ocupan sobreviven y se reproducen. El agente de la perfección y la belleza que observamos en la naturaleza es la muerte.
  • Bonzo Poeцитує2 роки тому
    —Una de las formas más comunes de la inmortalidad consiste en seguir vivo en la memoria de los otros —dice Arsuaga—. De ahí la insistencia en la fórmula del «no te olvidan». Tus padres no te olvidan.

    —Pero es una inmortalidad de andar por casa —apunto—, una inmortalidad doméstica. Y realista, por cierto. Nada que ver con la posteridad a la que aspiraban los escritores de otras épocas. Yo creo que hasta muy entrado el siglo XX, la mayoría de los novelistas seguían trabajando para la posteridad, todavía algunos creen en ella.
  • Lupita Meza Servinцитує2 роки тому
    Observé los arbotantes de la catedral, los remates de la Giralda. Entre los dos monumentos sumaban dieciséis o diecisiete siglos de existencia: una mota de polvo en el devenir del universo. Lo mío, en consecuencia, no llegaba ni a un parpadeo en la historia del mundo ni en la de los hombres y sus obras. Dentro de dos novelas, quizá una si la muerte o la demencia así lo decidieran, sería un kilo de cenizas en el interior de una urna de mármol (doy por descontada la incineración, aunque no la he dispuesto).
  • Lupita Meza Servinцитує2 роки тому
    te enseñaré la eternidad, y creo que no te va a gustar.
  • Lupita Meza Servinцитує2 роки тому
    La eternidad se llamaba «rata topo desnuda» y se trataba, en efecto, de una especie de rata delgada, de unos doce centímetros, que vivía en galerías subterráneas y cuya carencia absoluta de pelo parecía el resultado de una quimioterapia agresiva, aunque supe enseguida que el animal era inmune al cáncer, además de a otras enfermedades. Su piel, muy delicada en apariencia, oscilaba entre el rosáceo de un hámster recién nacido y el pardo oscuro de una bellota. Disponía de dos incisivos desmedidos y móviles, dos auténticas palas que ocupaban la mitad de su cara y que le proporcionaban una expresión, si no de idiota consumada, sí de pánfila.
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