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Leslie Jamison

La huella de los días

  • Victoria Victoriaцитує4 роки тому
    «Tenía dos ansias y ambas luchaban entre sí –escribió Rhys en su diario–. Quería sentirme amada y quería estar siempre sola.»1
  • Victoria Victoriaцитує4 роки тому
    Mi yo borracho era como una prima ridícula de la que me sentía responsable, una huésped en el bosque de cuyas acciones era indudablemente culpable, aunque no recordara haberla invitado
  • Roxana Lezamaцитує4 роки тому
    esa chica que quería expresar la inmensidad de lo que sentía y para hacerlo usaba lo que tenía más a mano
  • Rafael Ramosцитуєучора
    Como no podía conciliar el sueño, me fui a beber al estudio y seguí bebiendo hasta instalarme en una especie de limbo donde las cosas seguían yendo igual de mal, pero ya no me importaba demasiado.
  • Rafael Ramosцитуєучора
    Lo único que quería era un inventario completo de su corazón y su mente, solo eso, nada más. «Necesito una tubería que vaya directamente de mi cerebro al tuyo», me había dicho Dave en cierta ocasión. Yo buscaba lo mismo, para poder convencerme de que no tenía motivos para dudar, de que la incertidumbre no era algo consustancial al amor y de que nunca tendría que enfrentarme a ella.
  • Rafael Ramosцитує5 днів тому
    Buena parte de nuestros juegos –las historias que inventábamos, las notas que intercambiábamos, nuestros pequeños debates literarios– ocultaban el deseo de impresionar al otro. A veces, resultaba agotador.
  • Rafael Ramosцитує5 днів тому
    «¿Qué fue lo que me convirtió de veras en un comedor de opio? –se preguntaba Thomas de Quincey en 1821–. La desgracia, la más pura desesperación, una insondable oscuridad.»
  • Rafael Ramosцитує5 днів тому
    En los laboratorios circulaba un chiste que remedaba la definición de droga: dícese de cualquier sustancia que, suministrada a un roedor, produce un artículo en una publicación científica.30 Las ratas de laboratorio pulsaban la palanca de la cocaína hasta morir.
    Con el tiempo, esos artículos publicados en revistas especializadas alcanzaron rango de sabiduría popular y se colaron en las charlas divulgativas: «Cocaine Rat» era el título de una campaña de prevención en la que se veía a una rata de laboratorio blanca royendo unos cilindros con avidez hasta que se desplomaba, moviendo las patitas en el aire mientras la sombra de la jaula se proyectaba sobre su pelaje apelmazado.31 «Se llama cocaína –decía la voz en off– y puede hacerte lo mismo a ti.»
  • Rafael Ramosцитує6 днів тому
    Me abrazó con fuerza durante mucho rato en medio de la sala de espera. Años más tarde, escribió un poema que concluía con ese recuerdo de nuestros cuerpos unidos: «Se besan en medio de una sala de espera y lloran, / porque no están pensando / en cómo los verán.» Yo no recordaba que nos hubiésemos besado en la sala de espera, ni que hubiésemos llorado, pero sí recordaba con nitidez esa sensación de no ser consciente de las miradas ajenas. Recordaba su abrazo envolviéndome por completo, absoluto.
  • Rafael Ramosцитує6 днів тому
    Cuando me di cuenta de que estaba embarazada, me horrorizó pensar en lo mucho que había bebido últimamente. Imaginé una criatura hecha de ginebra, con piececitos como aletas y manitas de coliflor, completamente borracha dentro de mí, pero no dejé de beber. ¿Qué más daba, si iba a abortar? Aun así me ponía enferma imaginar al feto como un diminuto cubito de hielo flotando en whisky.
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