Lo único que quería era un inventario completo de su corazón y su mente, solo eso, nada más. «Necesito una tubería que vaya directamente de mi cerebro al tuyo», me había dicho Dave en cierta ocasión. Yo buscaba lo mismo, para poder convencerme de que no tenía motivos para dudar, de que la incertidumbre no era algo consustancial al amor y de que nunca tendría que enfrentarme a ella.