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Rebeca Orozco

Tres golpes de tacón

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  • Cristina Liceagaцитує6 років тому
    Tomó un paño y lo empapó en una mezcla de cera blanca, previamente derretida, esperma de ballena y espíritu de vino.
  • Cristina Liceagaцитує6 років тому
    hablo yo, habla la ciencia, los médicos. El cuerpo de la esposa sirve para tener hijos. La misión de la madre es dar a luz… lo repetían sin cesar mi madre, mis tías, mi abuela.

    —La mujer también puede dedicarse a cultivar su inteligencia —retó Josefa, indignada.

    —¡Qué absurdo! ¿No sabes que debido a nuestra constitución corporal y nerviosa somos incapaces de razonar? Si de casualidad nos llega una idea, la hacemos papilla. La racionalidad está reservada exclusivamente para el hombre —declaró su cuñada, sintiéndose dueña del ancho y largo de su verdad.

    —Disculpe, cuñadita, la imagen que tiene usted de las mujeres…

    —¡Es la correcta! No se hable más —interrumpió la mujer levantándose de la mesa.

    La joven contempló furiosa un pedazo de hojaldre que se ahogaba en la leche hervida. Detestaba los conceptos de su pariente política. ¿Cómo argumentar contra esas ideas que, a fin de repetirse, se habían erigido
  • Cristina Liceagaцитує6 років тому
    —¿Por qué?—indagó, sorprendido por la curiosidad de su esposa—. No es un tema propio de mujeres.
  • Cristina Liceagaцитує6 років тому
    Que no te dé frío, ni calor. Evita correr, pero tampoco estés sentada. Deja que te salga del cuerpo la impureza. Porque si queda adentro te puede fluir por la nariz o las encías. Lo peor es que se te vaya al cerebro: te vuelves loca.

    —¿Me voy a desangrar?

    —Falso. Todo esto sucede para que puedas tener hijos.

    —¿En este momento? ¡Dios mío!

    —Para eso viniste al mundo, si no ¿para qué? ¡Mírame!—confesó afligida— Sin chiquillos, soy como un árbol seco, me desprecio.
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