Este trabajo analiza las causas por las cuales los Estados Unidos llegaron a ser la potencia económica más poderosa del planeta, y al mismo tiempo estudia algunas razones por las cuales, en el momento actual, el país tiene cada vez mayores dificultades para sostener su hegemonía mundial. La explicación aquí expuesta no coincide con algunas de las interpretaciones dominantes en la ciencia económica, en especial en torno al papel jugado por la emisión de dinero, el crédito, el Estado y los salarios. El trabajo sostiene la idea principal de que la emisión de dinero y la intervención del Estado ayudan al crecimiento, pero no son factores detonantes del mismo, ni mucho menos impiden las crisis. Lo único que asegura el crecimiento a largo plazo es el aumento sostenido del salario en igual o mayor magnitud que el aumento de la productividad. En contraparte, la caída del salario real es la causa principal por la cual se detiene el crecimiento. Norteamérica ha atravesado por tres grandes etapas de desarrollo, cada una con diferente grado de desarrollo económico y fuertemente marcada por la magnitud de aumento del salario. La primera, de tipo colonial-exportadora, concluyó al finalizar la Primera Guerra, predominando con salarios bajos y el uso abundante de mano de obra, principalmente de esclavos. La segunda etapa, de crecimiento hacia adentro, que abarcó desde fines de la Primera Guerra hasta la aparición de la globalización en los años ochenta del siglo XX, dio lugar al crecimiento económico más acelerado en la historia del país con aumentos del salario por encima de la productividad. En la última y más reciente etapa, la de la globalización o el neoliberalismo, el salario real disminuyó causando estancamiento con inflación. Este trabajo no pretende ofrecer una mejor receta económica, más bien busca enriquecer la interpretación sobre la ruta seguida por la economía norteamericana que dio lugar al mayor auge económico jamás logrado, para terminar en el estancamiento, el elevado endeudamiento público y la inflación que ahora padecemos.