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Книжки
Dolores Gil

Parte de la felicidad

  • Pao Gómez.цитує2 роки тому
    Si no escribo este libro no puedo seguir viviendo. Me duele en el cuerpo: hace tres días me senté a terminarlo y el dolor me raja la cintura, los hombros. El cuello duro no me deja mirar a la derecha; tengo una piedra en el estómago que no puedo tragar; me duele el ceño, como si me hubieran pegado una piña que me dejó atontada. Pero si no escribo este libro no puedo seguir viviendo.
    Escribir en vez de padecer, me dice mi analista.
  • LauraGцитує2 роки тому
    Me gustaría pedirle que me perdone por haberla dejado ir, porque no supe qué otra cosa hacer. Que a pesar de todo, tuve que afianzarme en el corazón de la vida.
  • LauraGцитує2 роки тому
    Que si la olvidé un poco fue porque necesitaba seguir viviendo, que si no la recordé en voz alta fue porque no pude: que tuve que despegarme esa costra que me adhería a su muerte.
  • María Angélica Robles Córdovaцитує6 місяців тому
    Ser niña era apretar los dientes y seguir.
  • Virgyцитує2 роки тому
    A veces parece que deja de doler. Entonces algo mínimo la trae de vuelta: una canción, su nombre escuchado

    ✨💔❤️‍🔥❤️‍🩹✨

  • Ana Saenzцитує2 роки тому
    Si no escribo este libro no puedo seguir viviendo. Me duele en el cuerpo: hace tres días me senté a terminarlo y el dolor me raja la cintura, los hombros. El cuello duro no me deja mirar a la derecha; tengo una piedra en el estómago que no puedo tragar; me duele el ceño, como si me hubieran pegado una piña que me dejó atontada. Pero si no escribo este libro no puedo seguir viviendo.
  • Agustina Chavezцитує2 місяці тому
    La veía por el espejo retrovisor, la cara tapada por los lentes oscuros, las lágrimas que brotaban de un momento al otro, porque sí, o porque su hija adorada, la preferida, la rubiecita de rulos gigantes ya no estaba más. Cada uno tramitó su dolor como pudo; cada uno atravesó el bosque denso del duelo a tientas, improvisando, para ver si en algún punto volvía a aparecer la luz.
  • Agustina Chavezцитує2 місяці тому
    La veía por el espejo retrovisor, la cara tapada por los lentes oscuros, las lágrimas que brotaban de un momento al otro, porque sí, o porque su hija adorada, la preferida, la rubiecita de rulos gigantes ya no estaba más. Cada uno tramitó su dolor como pudo; cada uno atravesó el bosque denso del duelo a tientas, improvisando, para ver si en algún punto volvía a aparecer la luz.
  • Alejandro Telloцитує4 місяці тому
    Me gustaría poder decirle que pienso en ella cada día de mi vida, que su muerte me sigue pareciendo lo más estúpido y doloroso del universo.
  • Alejandro Telloцитує4 місяці тому
    De a poco, su nombre dejó de sonar en la casa. No fue a propósito: el desconcierto fue tan grande que no encontramos la manera de que siguiera viviendo en el lenguaje
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