Y el demonio se enamoró de su perdición. Del caos. Se enamoró de aquello que podía matarle y se ató a la destrucción que cargo siempre conmigo. Fundió su alma a la mía y lazó nuestras vidas hasta volverlas una. Me dio la luz que llevaba dentro y me salvó del poder de mis heridas antes de marcharse. Ahora ha regresado para llevárselo todo de nuevo. Ha vuelto para arrebatarme la vida que me dio y reclamar lo que siempre le ha pertenecido. Ha regresado de las tinieblas para dejar de ser salvador y convertirse en verdugo. El guerrero más poderoso del Infierno está de vuelta y no está dispuesto a ofrecer misericordia. El demonio que alguna vez fue capaz de enamorarse está aquí… Y esta vez, no es para salvarme.