Felicidad y otros cuentos

Se trataban con entera confianza, eran muy buenos compañeros y, a su entender, esto era lo mejor de los matrimonios modernos

Por qué sentía tanta ternura esta noche hacia el mundo entero? ¡Todo era bueno, todo justo! Cuanto ocurría colmaba más y más la copa rebosante de su dicha hasta hacerla desbordarse

Parecía vivir más para escuchar que para mirar

Harry sabía exprimir a la vida todo su sabor y Berta lo admiraba por ello.

—¡Soy feliz, demasiado feliz!

Lo que más le atraía de la joven era que, a pesar de haberse visto y hablado muchas veces, aún no la comprendía

Esto, debido quizás a su estado de ánimo, le resultó increíblemente hermoso, y se echó a reír

La civilización es una estupidez

nos aferramos a nuestros últimos placeres como se aferra el árbol a sus últimas hojas.

¿Qué podían importar los pensamientos de aquellas criaturas a alguien que estaba mortalmente herida, con una navaja clavada en el corazón, en el corazón, a causa de aquella carta…?