En el imaginario de Occidente se han dado dos fuentes principales de relatos que han motivado obras en literatura, pintura, escultura, música, cine y en casi todas las demás artes: la Biblia y la mitología griega y romana. Este libro extrae cincuenta historias del Antiguo Testamento, en un lenguaje sencillo y colorido, con algunas anotaciones sobre realidades actuales, muy semejantes a las de aquellos tiempos.
El Concilio Vaticano II, en la constitución Dei Verbum (18 noviembre 1965) afirma: «Estos libros, aunque contengan también algunas cosas imperfectas y adaptadas a sus tiempos, demuestran, sin embargo, la verdadera pedagogía divina» (n. 15).
En la carta motu proprio Aperuit illis 30 septiembre 2019) Papa Francisco escribe: «La Biblia no es una colección de libros de historia, ni de crónicas, sino que está totalmente dirigida a la salvación integral de la persona. El innegable fundamento histórico de los libros contenidos en el texto sagrado no debe hacernos olvidar esta finalidad primordial: nuestra salvación. Todo está dirigido a esta finalidad inscrita en la naturaleza misma de la Biblia, que está compuesta como historia de salvación en la que Dios habla y actúa para ir al encuentro de todos los hombres y salvarlos del mal y de la muerte».