Bajo el cielo púrpura de Roma: Pasión

¿Ves que me importe? Yo solo respondo ante ti. —La abracé con fuerza

La belle Ferronière… —murmuró, pensando en voz alta.

Hola de nuevo, compañera

—Nunca vuelvas a decirme adiós a menos que de verdad lo sientas, ¿de acuerdo? —musitó tan bajo que casi no pude oírle.
—Eso no creo que suceda…
—Aun así, estoy hecho para cumplir tus deseos…

Entonces, recordé lo que una vez me dijo, que un Gabbana no podía ser débil, que por nuestras venas corría una sangre honorable. Pero jamás comentó qué debía hacerse en momentos como aquel

Kathia, a veces no queda más remedio que aceptar lo que a uno le toca vivir.
—¿Debo tomarlo como un consejo?
—Por ahora, sí. Por su integridad y, sobre todo, su bienestar

Ni se te ocurra, Kathia. Que salgas por esa puerta y te alejes de mí no cambiará nada. Seguiré siendo tuyo, incluso aunque no quieras

pero sí que había eludido darle una explicación que le permitiera decidir. Tan solo conocía de mí la parte más amable, la que más le convenía. Por tanto, la evasión podía indicar una mentira.

—Cuida de… ellos… De mi Cristianno y mi… pequeño… Ellos… son quienes más peligro corren…

Tenía ese don de saber todo lo que pasaba a su alrededor con tan solo echar un vistazo