El día antes de la revolución

Lo que me gusta de esta historia es cómo la autora se enfoca en contar la historia de la mujer y no de la revolución. ¿Qué hay detrás de los ídolos en la vejez?

Un bello relato sobre la vejez y los bordes de la vida. Con un poco de suerte, todos podemos llegar –como la protagonista, Odo— a la ancianidad y a la muerte. Tal vez nos sirva saberlo desde antes.

Un libro extraordinario, no puedo creer que acabará tan pronto, la visibilidad que le da la autora a ODO como personaje revolucionario y más allá como una mujer, como persona, como alguien que se da cuenta de pronto cuanto ha perdido cuanto ha ganado alguien que posiblemente no encuentre más esos motivos y sentimientos que solía tener, esa forma de narrar el despertar a la realidad a veces tan carente de sentido.... me ha cautivado por completo.

Lo único que había leído hasta ahora de Úrsula, eran los cuentos de terramar, pero este de verdad que no les pide nada, Úrsula cada vez me sorprende más, con su gran imaginación y creatividad, me encanta la manera en qué maneja este relato; el cómo aborda los pensamientos y circunstancias de está mujer mayor, sumida en la nostalgia de sus recuerdos.

Me gustó leer la perspectiva de una líder social. Solemos -endiozar- a los personajes revolucionarios, es interesante recordar que son personas comunes con dolores y demonios internos, como todos.

1/10 de #guadalupereinas2023 para pensar en nuevas formas de gobierno. Me gusta que la imaginación de la autora parte de pensar en el origen de la anarquía.

Es el primer libro que leo de la autor y creo que no debió ser así, buscaré otra historia para comerla mejor.

En un breve espacio abre y profundiza de forma no lineal en la historia de una mujer que influyó profundamente en los cambios de su época. Y aún así, ella se mira y se dibuja desde su mirada de mujer.

La historia de una mujer revolucionaria y anarquista, justo cuando ya está en su vejez y enferma

Una historia que te hace recordar que las grandes y heroicas personas también son humanas, porque a veces las idealizamos tanto que olvidamos su parte humana.