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José Emilio Pacheco

Las batallas en el desierto

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  • Diana Catцитує8 років тому
    el amor es una enfermedad en un mundo en que lo único natural es el odio.
  • Emmanuel Garibay Mцитує6 років тому
    Átomo del inmenso mundo, dispuesto muchos años antes de mi nacimiento como una escenografía para mi representación.
  • Mauricio Sbaцитує6 років тому
    Voy a guardar intacto el recuerdo de este instante porque todo lo que existe ahora mismo nunca volverá a ser igual. Un día lo veré como la más remota prehistoria. Voy a conservarlo entero porque hoy me enamoré de Mariana. ¿Qué va a pasar? No pasará nada. Es imposible que algo suceda. ¿Qué haré? ¿Cambiarme de escuela para no ver a Jim y por tanto no ver a Mariana? ¿Buscar a una niña de mi edad? Pero a mi edad nadie puede buscar a ninguna niña. Lo único que puede es enamorarse en secreto, en silencio, como yo de Mariana. Enamorarse sabiendo que todo está perdido y no hay ninguna esperanza.
  • ángelцитує7 років тому
    Todos somos hipócritas, no podemos vernos ni juzgarnos como vemos y juzgamos a los demás.
  • Fabs Mayénцитує5 років тому
    No, no me había curado: el amor es una enfermedad en un mundo en que lo único natural es el odio.
  • Carlos Efren Vadilloцитує6 років тому
    Mi padre dijo que en México todos éramos indios, aun sin saberlo ni quererlo. Si los indios no fueran al mismo tiempo los pobres nadie usaría esa palabra a modo de insulto.
  • Ayskelцитує6 років тому
    Fue el año de la poliomielitis: escuelas llenas de niños con aparatos ortopédicos; de la fiebre aftosa: en todo el país fusilaban por decenas de miles reses enfermas; de las inundaciones: el centro de la ciudad se convertía otra vez en laguna, la gente iba por las calles en lancha. Dicen que con la próxima tormenta estallará el Canal del Desagüe y anegará la capital. Qué importa, contestaba mi hermano, si bajo el régimen de Miguel Alemán ya vivimos hundidos en la mierda.
    La cara del Señorpresidente en dondequiera: dibujos inmensos, retratos idealizados, fotos ubicuas, alegorías del progreso con Miguel Alemán como Dios Padre, caricaturas laudatorias, monumentos. Adulación pública, insaciable maledicencia privada. Escribíamos mil veces en el cuaderno de castigos: Debo ser obediente, debo ser obediente, debo ser obediente con mis padres y con mis maestros
  • •Dianaцитує7 років тому
    Héctor leía Mi lucha, libros sobre el mariscal Rommel, la Breve historia de México del maestro Vasconcelos,
  • Vαl Nάjerαцитує3 роки тому
    Mi padre señaló que nadie tiene la culpa de estar en la miseria, y antes de juzgar mal a alguien debía pensar si tuvo las mismas oportunidades que yo.
  • la Monse que leeцитує4 роки тому
    Te entiendo, no sabes hasta qué punto. Ahora tú tienes que comprenderme y darte cuenta de que eres un niño como mi hijo y yo para ti soy una anciana: acabo de cumplir veintiocho años. De modo que ni ahora ni nunca podrá haber nada entre nosotros. ¿Verdad que me entiendes? No quiero que sufras. Te esperan tantas cosas malas, pobrecito. Carlos, toma esto como algo divertido. Algo que cuando crezcas puedas recordar con una sonrisa, no con resentimiento.
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