Recuerda esto, Mildred, recuérdalo bien, me dijo ma antes de morir:
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el viento que hace decrecer las aguas, el viento que trae tórtolas y golondrinas
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Brilla el río, como si las estrellas estuviesen debajo, un firmamento líquido
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hondo y Manzi sacude la cabeza a pájaros y grita. Nos siguen los cerdos, las cabras, los perros, unos cuantos caballos blancos, un venado que se esconde entre los otros y bala y una liebre que aparece y desaparece, aparece y desaparece
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malo el frío pelón y la boca mala que besa el fuego
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Aguas blancas y profundas como en la mente de los tontos que crían percas que jamás podrán pescar. Por ti, por ti, por ti
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El párroco Santamaría, que sabía latín, decía que tonto venía de «atónito», alguien que se queda suspendido después de un gran estruendo o ruido. Quizá los tontos somos los únicos que escuchamos nuestro propio llanto al nacer
Valeriaцитує7 місяців тому
No le hables, porque es tonto, dicen todos, y así el tonto crece hablando solo, pensando de más, piensa en la luz y lo que imagina son incendios en el cielo y el canto de las chicharras.
Locura y asolamiento
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Así somos los tontos, pero las más de las veces sobrevivimos a los demás
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También en la muerte hay quien vive exiliado. Viene y va y viene y va y nunca se acostumbra, porque en la muerte huele a aguarrás, a bosque de mentira