La novia del lobo

Nadie puede así considerarse a salvo de las pérfidas emboscadas del Diablo, pues ni la virtud o la piedad, ni la sabiduría de la edad ni el coraje de la juventud o la máxima prudencia resultan aquí de utilidad.

Pues tal poder le ha concedido el Señor a los demonios, y éstos pueden provocar granizadas, heladas y ráfagas de viento y envenenar el aire y el agua e incluso transformar a las personas en lobo

¡Protege, Señor, nuestro cuerpo y nuestra alma de todo mal y peligro, cual armadura de plata en la que rebotan las flechas del Tentador, ahora y por los siglos de los siglos!

asomarse por la ventana, y retrocedieron

Alma, partida en dos, que al mismo tiempo era del día y de la noche, de Dios y del Diablo, álzate hacia el Creador, que con sus bondadosos dedos te volverá a unir!».
Y así concluye la historia de la Novia del Lobo de la isla de Hiiumaa

Déjame volar eternamente como la arena movediza en la orilla lisa, si ésa es Tu voluntad, pero concédele a ella el descanso, como a las aves marinas en las grietas de los acantilados»

Era una de esas noches en las que los muertos y ánimas vagan por doquier y atormentan los pensamientos de los vivos con gran angustia

Era la angustia de su alma enorme, y no sabía qué hacer para aliviarla

De noche le parecía ver incesante a su mujer Aalo, y su cabello rojizo mezclándose con las llamas en el fuego de la sauna, de modo que cabello y flamas formaban un solo y único fuego

¡Si he de morir aquí con mi pequeño, recuerda, Priidik, que no hallaré la paz, ni tú tampoco, pues mi espíritu habrá de vagar errante!».
Ésas fueron las últimas palabras que Aalo pronunció en esta vida