Испанский с В. Бласко Ибаньесом. Стена / Vicente Blasco Ibáñez. La pared

Hablaba en castellano, lo que era en él señal de ciega cólera.

Odiaba a la navegación a vapor como un sacrilegio marítimo. Aquellos penachos de humo que pasaban por el horizonte eran los funerales de la Marina

manirroto – расточительный; mano, f – рука; roto – сломанный

como no hay príncipes disponibles a todas horas para casarse, se contentaba modestamente con hacer su marido al señorito

como todos los labriegos de raza latina, entendía la paternidad cual los antiguos romanos: con derecho de vida y muerte sobre los hijos

trabajaba como un peón.

Y no pudiendo decir más palabras sin intercalar juramentos, el ogro volvió la espalda y fue corriendo en busca de su carro, otra vez cuesta abajo, echando demonios contra aquel sol enemigo de los pobres. Pero aunque el calor aumentaba, le parecía al pobre ogro que algo le había refrescado interiormente.

Con sus setenta años tenía que hacer el trabajo de dos; removía la tierra con más tenacidad que antes, sin levantar la cabeza, insensible a la engañosa belleza que le rodeaba, sabiendo que era el producto de su esclavitud, animado únicamente por el deseo de vender bien la hermosura de la Naturaleza, y segando las flores con el mismo entusiasmo que si segara hierba.

Caería cuando cayesen las hojas

Lo decían, sí; lo oía ella, no con los oídos, sino con los ojos, y aunque los huesos le dolían de cansada, corría a la acequia a llenar la regadera y bautizaba a aquellos pilluelos, que bajo la ducha saludaban agradecidos.