Contra el racismo

No siempre son los hechos en sí los que son importantes, sino la percepción que se tiene de ellos.

De hecho, la cultura de estos grupos no se basa en una auténtica tradición sino que es el producto de elecciones individuales de identificación, reunidas en conjuntos colectivos temporales y construidos al efecto.

Lo que a menudo se llama tradición es en realidad “tradicionalismo”, es decir la representación consciente de una herencia cultural más o menos auténtica.

lo que, en cambio, hace referencia a la cultura radica precisamente en el hecho de que allí donde el problema es cultural, podemos escoger; si el problema pertenece a la naturaleza, no tenemos ninguna posibilidad de elección.

[…] retro- proyecciones camufladas […] Las sociedades que se dicen modernas no son sociedades que se deshacen de su pasado, sino que lo manipulan en función de sus necesidades presentes

[…] no son los padres quienes generan a los hijos, sino los hijos los que generan a sus propios padres. No es el pasado el que produce el presente, sino el presente el que modela su pasado. La tradición es un proceso de reconocimiento de paternidad

Las culturas son instrumentos que sirven a los hombres para ordenar a su manera el mundo que les rodea, para resituar, según sus parámetros, lo que aparentemente no tiene orden o, mejor, no tiene un orden “humano”.

peor es cuando se confunde igualdad con homogeneidad, ignorando que lo contrario de la igualdad es la desigualdad y lo contrario de la homogeneidad es diversidad. Y que por tanto igualdad y diversidad son objetivos o valores perseguibles de manera simultánea.