Y así, Strigaro nos contó el plan que tenía pensado para nosotras. Un campo donde poder entrenar tranquilas todos los domingos, nuestra hermana Giovanna como árbitro, Piero Cardosi como entrenador y su padre, Ugo, como presidente. Incluso había pensado un nombre y todo, además era simple y claro, preciso como ella: «Grupo Femenino Futbolista Milanés».