Ethan se desmoronó en el suelo.
—¡Estáis todos locos!
Se quitó el casco. Tenía la cara cubierta de sudor.
Annabeth sofocó un grito.
—¡Ahora me acuerdo de ti! ¡Estabas en la cabaña de Hermes hace unos años!, ¡eras uno de los chavales que aún no habían sido reconocidos!
Él le dirigió una mirada hostil.
—Sí, y tú eres Annabeth. Ya me acuerdo