es
Camila Sosa Villada

Las malas

Повідомити про появу
Щоб читати цю книжку, завантажте файл EPUB або FB2 на Букмейт. Як завантажити книжку?
  • Sara Aquinoцитує4 роки тому
    s. El lenguaje es mío. Es mi derecho, me corresponde una parte de él. Vino a mí, yo no lo busqué, por lo tanto, es mío. Me lo heredó mi madre, lo despilfarró mi padre. Voy a destruirlo, a enfermarlo, a confundirlo, a incomodarlo, voy a despedazarlo y a hacerlo renacer tantas veces como sean necesarias, un renacimiento por cada cosa bien hecha en este mundo
  • nataliaцитує3 роки тому
    Llegamos. Son casi las cuatro de la mañana. No hay nadie en la calle. Entramos en la casa y me piden que me recueste en la cama. Es el momento clave de autopreservación: la piel toda alerta, como la lengua de una víbora que tantea el aire. Es el momento en que el cliente comienza a hacer saber lo que quiere y se cree con derecho a exigir algo. La piel de toda prostituta se eriza en ese momento.
  • nataliaцитує3 роки тому
    La noche era más dañina que cualquier otra cosa en ese entonces. Vivir de noche envejece, entristece. La noche es la puerta abierta al mundo donde todo es posible. Hay cosas que no pueden ocurrir a la luz del día. Y ahí ando yo, a mis dieciocho años, ganándome la vida en aquellos boliches, ligera de ropa, con pocos conocimientos de danza, pero con confianza en mi swing y coraje para afrontar todos los ritmos. Tengo la determinación de no convertirme en prostituta, creo que puedo lograrlo, no terminar como todas. Pero también me pregunto quién soy yo para no acatar el destino que todas acatan. Soporto las groserías del público, los manoseos irrespetuosos, la paga miserable, todo para no convertirme en un cliché. Quiero ser estúpidamente única, pero la verdad es que mi cuerpo ya ha comenzado a venderse, ya está en el mostrador: artículo más o menos deseable, dependiendo del cliente.
  • Montserrat Almazán (Literalmente)цитує3 роки тому
    Su comodidad dejaba en evidencia nuestra incomodidad: nosotras no habíamos tenido nunca la oportunidad de escondernos en el armario.
  • Irlanda Sánchez Juárezцитує4 роки тому
    Estamos ahí para ser escritas. Para ser eternas.
  • Andrea Barragánцитує4 роки тому
    «Mi papá y mi mamá siempre supieron lo que hacía en ese encierro: escribir y vestirme de mujer. Eso los expulsó de mi mundo y a mí me salvó de su odio: mi romance conmigo misma, mi mujer prohibida».
  • Stephanie Burckhardцитує3 роки тому
    una mujer que no sabe tomar decisiones, que no toma decisiones, o toma una única decisión: que el esposo decida por ella.
  • Lizzette Canoцитує3 роки тому
    Estamos ahí para ser escritas. Para ser eternas.
  • nataliaцитує3 роки тому
    «Yo soy puta, no ladrona», le respondo. No sé bien qué quiero decirle. Él no vuelve más y es una pena, porque era guapo, pero se lo merecía, igual que los demás. Para que sepan que somos más caras que lo que sus mentes heterosexuales pueden imaginar
  • nataliaцитує3 роки тому
    cogían con nuestros clientes, pero no les cobraban: lo hacían porque podían darse el gusto, porque no necesitaban ser mercancía. Simplemente jugaban a vivir una vida que no les era propia.
fb2epub
Перетягніть файли сюди, не більш ніж 5 за один раз