De física & cuántica

¿qué será cuando ambos mundos, cuando ambas personalidades distantes, empiecen a juntarse?

—La aparente ausencia de antimateria en nuestra galaxia es una observación de extraordinario interés e astrofísica de partículas

—¿Qué súper nerd será bueno con un fanboy?

—Lo siento, íbamos en donde nerd uno conoce a súper nerd —murmuró ella—. Todo frente a una taza de café...

Porque, recuerda que según la ley de conservación de la materia, ésta no se crea, ni se destruye. Solo se transforma.

La física estudia el comportamiento de la naturaleza, la energía, los cambios en la materia. Cuántica es sobre el tiempo, el espacio en que se desarrolla esta naturaleza.

Donovan corrió por su hermana poniéndole una manta en los hombros y resguardándola bajo un paraguas, Vlad permaneció en la puerta viendo a Lot parado bajo el agua en el patio delantero.

quería que alguien se enamorara de lo peculiar de ella, de que hablara mucho, de que contara chistes y no tuviera vergüenza de hacer un karaoke en medio de una plaza. Alguien que gustara de sus libros, de ir a cortar manzanas, de oírla monologar sobre la Segunda Guerra Mundial. No lo había encontrado, la verdad, y tampoco tenía prisa. Eventualmente llegaría, porque tal y como Jane Eyre se había enamorado de alguien por la amabilidad de sus ojos, y Elizabeth Bennet de un hombre con un sentido de honor tan fuerte, ella llegaría a enamorarse, justo como Alice del señor King, del mismo modo en que se amaron sus abuelos y así como sus protagonistas lo hacían.

—Margot —sujetó suavemente su cintura para alejarla, pero ella le miró directo a los ojos, montones de estrellas brillaron en ellos, su bendita perdición.

—¿Si?

Lot no supo por qué razón actuó, pero lo hizo.

Dos mundos diferentes, dos galaxias distintas, dos físicos repelentes, colisionaron en un beso. La cuenta atrás al parecer se había detenido y ellos terminaron por juntarse.

—Oh no, ni tú, ni el tío Arthur que parecía genuinamente interesado en ella ayer porque casualmente le hablaste de ella —apostilló Vlad—. Y tú, claro, no estás preocupado por ella ni un poquito interesado, y la verdad es que yo no te vi abrazándola y dándole la mano en el camino a la estación porque se comía las uñas, digo, cualquiera hace eso, incluido Lot Ratcliffe, el próximo ganador del nobel y experto en relaciones socio afectivas —culminó con toda la ironía que pudo recabar.

Vladimir se acercó, se inclinó sobre el escritorio y lo escudriñó, echó una rápida ojeada la puerta donde no había nadie y en voz bajita habló.

—Ella te gusta.