La tesis que está presente a lo largo de toda esta reflexión es que el mundo juvenil es un buen lugar de aprendizaje para tratar de identificar por dónde van los futuros derroteros de la configuración creyente en contextos socioculturales nuevos. En cierta forma, los jóvenes son ya participantes -al mismo tiempo sujetos y víctimas— de ese horizonte sociocultural que adivinamos a partir de las transformaciones del presente.
Un libro a caballo entre la sociología religiosa y la pastoral, escrito por un sociólogo y pastoralista dedicado al mundo de los jóvenes.