La palabra olvido está formada con raíces latinas. Sus componentes léxicos son el prefijo ob (sobre) y levis (ligero). El verbo olvidar viene del latín oblitare, derivado de oblitus, este es el participio del verbo oblivisci (olvidar) formado de ob- (contra, enfrente, oposición) y livisci, de la raíz indoeuropea lei (viscoso, liso), que dio lima, instrumento para limar, y linimento. La idea original era el deslizarse de la memoria, el patinar hacia el olvido.
Nos referimos ahora a las palabras griegas, y escribió en la pizarra, con los vagos recuerdos que tenía de Griego III que había cursado cuando era estudiante, en la Facultad, αλήθεια /alicia/ (= verdad) y λήθη /lici/ (= olvido). El significado de la palabra αλήθεια, en griego, procede del estado en el que las cosas no pertenecen al olvido, es decir, son conocidas y patentes y, por eso, son esencialmente verdaderas.