El tuétano de nuestros huesos

Sermón desde el cadáver largo de las vías del tren
Para Balam Rodrigo

Como bestias cansadas que se montan en otra bestia, subimos al

[tren para no caer

pero seguimos cayendo.

El olor a velorio nos acompaña y es cara su compañía: un brazo

[o una pierna

pero no nos importa porque ya estábamos incompletos.

Desde el lomo de ese animal aletargado como el odio y el amor que nos empuja hacia un país que no sabemos si nos odiará o amará, escuchamos, no el llanto de la familia, ni la conciencia que enmudeció como la patria abandonada, escuchamos la voz de Dios y la de un poeta que dicen al mismo tiempo: Síganme.

Yo conduzco, mejor dicho, me conduzco, intento acunar tierna y obstinadamente los quiero, hacer un resumen, un poema, proponer otra realidad, la metáfora que surge es a su vez una dimensión crítica, los que piden y los que dan, hay un monopolio en las definiciones de la realidad eso lo tengo claro y declaro: las cosas son como son, las cosas pueden ser de otra manera, las cosas pueden ser mejores

Tijuana
Aquí comienza la patria y aquí terminan mis bordes

En esta esquinita amurallada mi corazón sobresaltado

No salta, asalta a la razón y lo deja todo.

Aquí comienza la patria

Aquí comienza todo

La bestia
La bestia es un tren.

La bestia es un presidente de Norteamérica (tienes tres

[oportunidades para adivinar)

La bestia es un poeta.

–o un lector de poemas–

La bestia es un tuit amenazante.

La bestia da un like mientras toma café en un starbuks.

La bestia es una transmisión en vivo,

que veremos después porque estamos viendo otra cosa

La frontera son estas líneas u otras

La comisura de tus labios,

tus cejas…

La frontera es la espuma en un vaso de cerveza que se aproxima

[a mi boca,

las he cruzado todas y eso me ha hecho un buen hombre

El cielo estaba lleno de estrellas gordas hinchadas de tanta noche
Te pedí que regresaras

y desdibujaras el presente.

Te pedí que regresaras

porque además de estrellas aquí hay fantasmas.

Te pedí que regresaras

porque sé que andas buscando almas para llevártelas al infierno.

Claras las cosas que alimentan mi pánico: tu ausencia, las heladas.

Clara la sombra donde te espero

y me asombra y me esmero en ser claro: asimilo el horizonte y las

[expectativas

ya te aproximas, ya viene el tiempo de la cosecha.

Y yo en un plan de prometerlo todo
De este modo y de este otro

comencé a perderme triunfal viendo a través de los recuerdos.

De este modo y de este otro

comencé a llenarme de sueños.

De este modo y de este otro

la reverberación del sol y el sopor del sueño fueron preámbulo

para armar una bonita fiesta