Cartas que no llegaron 🌊𝐒𝐞𝐚 𝐨𝐟 𝐋𝐞𝐭𝐭𝐞𝐫𝐬

Narciso, me enseñaste que de un corazón roto

brota tinta. De volver a vivir, te vuelvo a pasar

si el resultado será este.

Armando, a ti que reparaste lo que no rompiste,

que me amaste, aunque no supiera amarme

y nunca lo usaste en mi contra,

gracias

¿Quién puede romper lo que está roto?
Nadie.
Soy inquebrantable.

Siempre tendrás un espacio en mi corazón, no porque te siga amando, sino porque me enseñaste todo lo que necesitaba soltar para ser feliz.

No me dolió amarte, me dolió quererte, porque sí, te quería conmigo. Qué egoísta de mi parte pensarte a mi lado toda tu vida, es demasiado pedir; esas cosas nunca se piden, se obsequian y te das cuenta cuando te queda el último soplo de vida.

Me enamoré de ti y no fue tu culpa, no hiciste nada, sola aceleré, me lancé sabiendo que no caería en nada bueno.

Tenías razón, todo pasa por algo, pasaste por esto, después de ti, nada será igual, estoy creciendo y viendo todo con otros ojos, estoy amándome, no por completo, pero sí llevo algunos pasos. Me di cuenta de que sí, tenemos instinto de supervivencia, porque supe decirte adiós cuando me sentía caminando sobre fuego, aunque no lo entendiera. O puede que no haya razón para que pasaras, pero quiero sacarle jugo a todo esto.
Fuiste el bailarín que me pisó los pies y nada más, pero ahora sé que, aunque esté sola, igual se puede bailar.

si un día nos miramos a la cara, fingiré no conocerte. No sé si mis ojos me delaten o si una lágrima me dé una mala jugada, pero estoy bien, al final, siempre estoy bien.

Gracias a ti aprendí que los puntos finales,
no indican que alguien dejó de escribir,
sino que empezó un nuevo libro.

Los arcoíris también se forman en los ojos
después de la tormenta.

Vi dos amaneceres,
uno en el cielo,
el otro en mí.