Sé mía —continuó él, con la voz ronca y urgente—. Sé mía ahora mismo. Sé mía eternamente. Te daré todo lo que desees. Lo único que quiero a cambio eres tú.
Carolina Garcésцитує2 місяці тому
E insistente también.
—Es la única manera de ser. ¿Dónde estuviste?
Carolina Garcésцитує2 місяці тому
Su belleza irradiaba de dentro.
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Sintió caer una gota en la mejilla, era una sola lágrima, caída de un ojo de él.
—Tú eres la razón de mi existencia —dijo dulcemente—, el motivo de que yo haya nacido.
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incluso antes de verte, te sentí. Sentí expectación, magia. Había un no sé qué en el aire. Y cuando me giré y tú estabas ahí, fue como si me hubieras estado esperando, y comprendí que tú eras el motivo de que yo me hubiera colado furtivamente en el baile.
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—En mi corazón ya eres mi esposa —juró él
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Él le acarició la mejilla, sin dejar de mirarla a los ojos, y ella casi sintió que él le acariciaba los ojos también. Y entonces, con la más suave y tierna de las caricias, la besó en la boca. Sophie no solo se sintió amada, se sintió adorada.
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Benedict la envolvió en la toalla con suma suavidad y al terminar subió las manos hasta los lados de la cara, y se las pasó por las mejillas, donde tenía algunas gotitas de agua; después acercó la cara y le besó la nariz.
—Me alegra que estés aquí.
—A mí también.
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Dicho simplemente, era un hombre más feliz, y muy posiblemente un hombre mejor, cuando ella estaba cerca.
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Era raro, pero sentía la extrañísima necesidad de abrazarla, simplemente abrazarla.