En el Madrid frenético y alocado de los últimos años puede suceder que un chico de 23 años conozca a una chica de 17 y se enamore perdidamente de ella. Como también puede suceder que de pronto ella le deje, tal vez porque él es incapaz de decirle con palabras que la quiere… Y esto es justamente lo que narra; las marchas y contramarchas de este singular romance, los avatares que esta pareja enfrenta en el curso de una relación que, a diferencia de la novela tradicional, comienza con su rompimiento…
Antón nunca se hubiera imaginado un final tan brusco, y está dispuesto a realizar grandes sacrificios para recuperar a Rosemary, entre ellos, garabatear un cuaderno para ella (precisamente esta novela), en el que le contará todo lo que no ha podido expresarle con palabras. Qué duda cabe de que Antón es un joven muy peculiar, agudo e irónico hasta la desesperación, igual tiene tiempo para ir al psiquiatra que para entusiasmarse con la liga de fútbol o el cine; su amor con Rosemary le lleva de cabeza, aunque eso no le impide frecuentar la noche madrileña, tener ligues e incluso fantasear con la atractiva hermana de su amada.
Como telón de fondo a esta divertida relación amorosa, la presencia de una ciudad que convoca a los más variopintos personajes y testimonia, a ritmo de rock, el caos surrealista de nuestra época. Una novela iconoclasta que desmitifica el sacrosanto Amor y radiografía con amenidad y desparpajo el estado espiritual de toda una generación. Y, desde luego, la revelación de un narrador cuyas dotes literarias se manifiestan con acierto en esta magnífica ópera prima.