Él ha estado trabajando en este bar durante varias semanas y ya había hecho algunas mujeres hermosas en su vida feliz con sus cócteles. Ocasionalmente con un poco más — después del trabajo. Tenía todas las libertades del mundo — una vez más estaba soltero. Su turno empezó hace una hora. Sería otro largo viernes por la noche. Justo cuando se preguntaba si quería otra pequeña aventura hoy, la puerta se abrió.
A pesar de la tenue luz, la reconoció inmediatamente. Desde que él trabajaba aquí ella venía todos los viernes — siempre con unos pocos amigos. Ella era algo especial — él lo había sentido desde el primer día. Ahora la puerta se había abierto. Sus ojos no podían resistirse a verla. Tenía una forma de caminar, la forma en que atraía a los hombres.
No es artificial, pero baila un poco. Tus caderas giraban a cada paso como si te movieras hacia una melodía imaginaria a cada paso. Ella tenía su largo pelo rizado marrón abierto hoy, de modo que los rizos jugaban alrededor de su hermosa cara con cada paso como si quisieras acariciarlo.
