Otro día, viendo a un chico que llevaba un brazalete con el símbolo japonés del sol naciente a modo de protección, Vautrin lo regañó, diciéndole: «Tú no necesitas llevar ese emblema con el sol naciente. Tú eres chino y tu país no ha muerto. Acuérdate de ello ahora, que llevas eso puesto, y no lo olvides nunca».335 Una y otra vez, Vautrin instaba a los refugiados chinos del campus a que no perdieran la fe en su futuro.