una historia sobre una muchacha que se acostó por primera vez con un muchacho y lo único que se me ocurrió fue pensar en Roger. Ni siquiera deseo relación sexual con ninguna persona, jamás. Juro morir virgen si Roger y yo no nos juntamos. No podría soportar que otro chico llegara a tocarme. Ni siquiera estoy segura de permitírselo a Roger.
Tal vez más tarde, cuando sea mayor, me sentiré distinta. Mi madre dice que a medida que una muchacha crece, las hormonas invaden nuestras venas, aumentando nuestro deseo sexual.