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Annie Ernaux

El acontecimiento

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  • Nast Huertaцитуєторік
    Empecé a comprender que Jean T. no tenía ningunas ganas de implicarse demasiado en el asunto. Las chicas que querían abortar no entraban dentro del marco moral fijado por la asociación de planificación familiar a la que él pertenecía. Deseaba permanecer en primera fila y no perderse la continuación de la historia. O sea, que quería verlo todo sin tener que pagar nada
  • Jessica Quijanoцитує2 місяці тому
    En Japón, los abortos reciben el nombre de mizuko, los niños del agua.
  • Jessica Quijanoцитує2 місяці тому
    En Japón, los abortos reciben el nombre de mizuko, los niños del agua.
  • Jessica Quijanoцитує2 місяці тому
    para mí, el hecho de estar embarazada es algo abstracto
  • Jessica Quijanoцитує2 місяці тому
    El abrazo y los movimientos de los cuerpos desnudos me parecían una danza mortal.
  • Nast Huertaцитуєторік
    Y quizás el verdadero objetivo de mi vida sea este: que mi cuerpo, mis sensaciones y mis pensamientos se conviertan en escritura
  • Nast Huertaцитуєторік
    Hoy sé que debía pasar por esa prueba y ese sacrificio para desear tener niños. Para aceptar la violencia de la reproducción dentro de mi cuerpo y convertirme, a mi vez, en lugar de paso para las generaciones futuras.
  • Nast Huertaцитуєторік
    Por un lado estaban los seres y las cosas que significaban demasiado, y por otro las palabras, que no significaban nada. Me encontraba en un estado febril de conciencia pura, más allá del lenguaje, que la noche no interrumpía.
  • Nast Huertaцитуєторік
    En cuanto mi madre se alejó, el doctor V. comenzó a hablar en voz baja, con excitación. Quería saber quién me lo había hecho. Me dijo bromeando: «¿Por qué te fuiste a París?, si en tu misma calle vive la señora… [yo no la conocía], que lo hace muy bien». Ahora que ya no lo necesitaba aparecían aborteras por todas partes.
  • Nast Huertaцитуєторік
    Al mediodía me trajeron una carne hervida sobre un repollo aplastado y lleno de nervios que ocupaba todo el plato. No pude ni tocarlo. Tenía la impresión de que me estaban dando de comer mi propia placenta.
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