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Ricardo Palma

Tradiciones peruanas

  • Valeriaцитуєторік
    La situación no era para menos. Cada dos o tres noches se realizaba algún robo de magnitud, y según los cronistas de esos tiempos, tales delitos salían, en la forma, de las prácticas hasta entonces usadas por los discípulos de Caco.
  • Valeriaцитуєторік
    Licencioso en sus costumbres, escandalizó bastante al país con sus aventuras amorosas. Muchas páginas ocuparían las historietas picantes en que figura el nombre de Amat unido al de Micaela Villegas, la Perricholi, actriz del teatro de Lima.
  • Valeriaцитуєторік
    Amat cuidó mucho de la buena policía, limpieza y ornato de Lima. Un hospital para marineros en Bellavista; un templo de las Nazarenas, en cuya obra trabajaba a veces como carpintero; la Alameda y plaza de Acho para la corrida de toros, y el Coliseo, que ya no existe, para las lidias de gallos, fueron de su época.
  • Valeriaцитуєторік
    Traía—dice un historiador—la reputación de activo, organizador, inteligente, recto hasta el rigorismo y muy celoso de los intereses públicos, sin olvidar la propia conveniencia».
  • Valeriaцитуєторік
    Si ha caído bajo tu dominio, lector amable, mi primer libro de Tradiciones, habrás hecho conocimiento con el excelentísimo señor don Manuel Amat y Juniet, trigésimo primo virrey del Perú por su majestad Fernando VI. Ampliaremos hoy las noticias históricas que sobre él teníamos consignadas.
  • Valeriaцитуєторік
    El pazguato del marido, siempre que la sorprendía en gatuperios y juegos nada limpios con los militares, en vez de coger una tranca y derrengarla, se conformaba con decir
  • Valeriaцитуєторік
    no para más encariñar a su cónyuge, sino para engatusar a los oficiales de los regimientos del rey.
  • Valeriaцитуєторік
    Leonorcica Michel era lo que hoy llamaríamos una limeña de rompe y rasga, lo que en los tiempos del virrey Amat se conocía por una mocita del tecum y de las que se amarran la liga encima de la rodilla.
  • Valeriaцитуєторік
    rónica de la época del virrey amat
  • Valeriaцитуєторік
    Llegado éste a Lima, en enero de 1744, costó gran trabajo impedir que el pueblo lo hiciese añicos. ¡Las justicias populares son cosa rancia por lo visto!
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