La concepción del mundo azteca está marcada por un sentimiento de servidumbre y de cercanía a la muerte, a menudo referido en los Poemas náhuatl. Los hombres han nacido para servir a los dioses, por ello la poesía náhuatl comprende poemas cosmogónicos y ceremoniales, que celebran al Sol, los dioses, el amor, la belleza y el heroísmo; reflexionan sobre el sentido de la vida y proclaman su brevedad.
En dicha lengua la expresión utilizada para referirse a la poesía es «flor y canto» (in xóchitl, in cuícatl), un nombre compuesto que describe varios elementos de la sacralización de la poesía. Este juego de palabras alude a un diálogo interior con uno mismo, con lo divino, el mundo y la comunidad.
La poesía náhuatl era percibida como una fuente de conocimiento y de memoria ancestral. Por medio de ella, se legaba a las generaciones el conocimiento. Junto a esto, se presume que los cuícatl también eran percibidos como de inspiración divina. En ese sentido, se cree que quienes escribían poesía náhuatl no se consideraban solo poetas, sino filósofos.
Los poetas náhuatl más conocidos son:
— Nezahualcóyotl,
— su hijo Nezahualpiltzin,
— los príncipes-sacerdotes Totoquihuatzin,
— Tochihuitzin
— y Tecayehuatzin.La presente selección y traducción de Poemas náhualt fue realizada por Ángel María Garibay.