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Milan Kundera

La Lentitud

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  • Daniela Valero Stubelliцитує5 років тому
    La manera como se cuenta la Historia contemporánea se asemeja a un gran concierto en el que se presentaran seguidos los ciento treinta y ocho opus de Beethoven, pero tocando tan sólo los ocho primeros tiempos de cada uno de ellos. Si volviera a hacerse el mismo concierto diez años después, sólo se tocaría, de cada pieza, la primera nota, siendo, pues, ciento treinta y ocho notas durante todo el concierto, presentadas como una única melodía. Y, veinte años después, toda la música de Beethoven quedaría resumida en una única larguísima nota aguda que se asemejaría a la que oyó, infinita y muy alta, el primer día de su sordera.
  • Daniela Valero Stubelliцитує5 років тому
    Ser elegido es una noción teológica que quiere decir: sin mérito alguno, mediante un veredicto sobrenatural, mediante una voluntad libre, cuando no caprichosa, de Dios, se es elegido para algo excepcional y extraordinario. De esta convicción han sacado los santos la fuerza para soportar los suplicios más atroces. Las nociones teológicas se reflejan, como su propia parodia, en la trivialidad de nuestras vidas; cada uno de nosotros sufre (más o menos) con la bajeza de su vida demasiado corriente y desea huir de ella y elevarse. Cada uno de nosotros ha conocido la ilusión (más o menos fuerte) de ser digno de esa elevación, de estar predestinado y ser elegido para ella.
  • Daniela Valero Stubelliцитує5 років тому
    En la matemática existencial, esta experiencia adquiere la forma de dos ecuaciones elementales: el grado de lentitud es directamente proporcional a la intensidad de la memoria; el grado de velocidad es directamente proporcional a la intensidad del olvido.
  • Daniela Valero Stubelliцитує5 років тому
    Hay un vínculo secreto entre la lentitud y la memoria, entre la velocidad y el olvido. Evoquemos una situación de lo más trivial: un hombre camina por la calle. De pronto, quiere recordar algo, pero el recuerdo se le escapa. En ese momento, mecánicamente, afloja el paso. Por el contrario, alguien que intenta olvidar un incidente penoso que acaba de ocurrirle acelera el paso sin darse cuenta, como si quisiera alejarse rápido de lo que, en el tiempo, se encuentra aún demasiado cercano a él.
  • Daniela Valero Stubelliцитує5 років тому
    Se sorprende usted: en semejante espacio tan razonablemente organizado, acotado, trazado, calculado, medido, ¿hay algún resquicio para la espontaneidad, para una «locura»?, ¿dónde está el delirio, dónde la ceguera del deseo, l'amour fou que idolatraron los surrealistas, dónde está el olvido de sí? ¿Dónde quedan todas estas virtudes de la sinrazón que han formado nuestra idea del amor? No, aquí no tienen nada que hacer. Porque Madame de T. es la reina de la razón. No de la despiadada razón de la marquesa de Merteuil, sino la reina de una razón dulce y tierna, de una razón cuya misión suprema es la de proteger el amor.
  • Daniela Valero Stubelliцитує5 років тому
    conversación no está para llenar el tiempo, sino que, al contrario, es ella la que organiza el tiempo, la que lo gobierna e impone las leyes que hay que respetar.
  • Daniela Valero Stubelliцитує5 років тому
    Pontevin hace una larga pausa. Es un maestro de las largas pausas. Sabe que sólo los tímidos las temen y que se precipitan, cuando no saben qué contestar, en frases apuradas que les ridiculizan.
  • Daniela Valero Stubelliцитує5 років тому
    verdadera esencia del bailarín radica precisamente en esa obsesión por ver en su propia vida la materia de una obra de arte; no predica la moral, ¡la baila! ¡Quiere conmover y deslumbrar al mundo mediante la belleza de su vida! Está enamorado de su vida como un escultor puede estar enamorado de la estatua que esculpe.
  • Daniela Valero Stubelliцитує5 років тому
    ocupar el escenario hay que echar de allí a los demás. Lo cual supone una técnica especial de lucha. Pontevin llama «judo moral» a la lucha que lleva a cabo el bailarín; el bailarín le tira el guante al mundo entero: ¿quién es capaz de mostrarse más moral (más valiente, más honesto, más sincero, más dispuesto al sacrificio, más cabal) que él? Y domina todos los movimientos que le permiten poner al otro en una situación moralmente inferior.
  • Daniela Valero Stubelliцитує5 років тому
    Según Pontevin, todos los políticos de hoy son un poco bailarines, y todos los bailarines se meten en política, lo cual, no obstante, no debería inducirnos a confusión. El bailarín se distingue del político corriente en que no desea el poder, sino la gloria; no desea imponer al mundo una u otra organización social (eso no le quita el sueño en absoluto), sino ocupar el escenario desde donde poder irradiar su yo.
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