Los williams no entienden porque no saben del miedo, de la tristeza, de la angustia que representa tener un cuerpo que parece tuyo pero termina siendo de otros, de intercambios, de fuerzas ajenas, de botines de guerra e inmigraciones. Ellos no saben lo que es pensar que la herida nunca cerrará y que no importa lo que hagas: la vulnerabilidad y tú son la misma cosa. Se te nota como si trajeras una marca, como si fueras por la vida en carne viva.