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Ignacio Padilla

Lo volátil y las fauces

  • Alicia M. Maresцитує5 місяців тому
    Pero cuando al fin creían los ejércitos haber cerrado el paso del enemigo, se encontraron una noche en un desfiladero donde los destruyeron las flechas de los herejes y los gorjeos de miles de palomas que los arrullaron en su descenso a los infiernos.
  • Alicia M. Maresцитує7 місяців тому
    Se ha escrito que a veces construimos nuestros paraísos sobre infiernos ajenos.
  • Alicia M. Maresцитує7 місяців тому
    cuando iba a abandonar el mundanal ruido para pasar a la vida que no conoce la turbación y el oleaje, hizo llamar a su amado discípulo y le confió un libro sobre el género de vida que deben llevar los colombarios agradables a Dios.
  • Alicia M. Maresцитує7 місяців тому
    Aseguró que su tracto intestinal estaba preparado para recibir dragones y quimeras, un escuadrón de gansos, un palomar de los grandes, y todas las perdices, falcónidos y estorninos de la Selva Negra.
  • Alicia M. Maresцитуєторік
    Y es que a este pez volante debe de quedarle siempre el consuelo de que gozará un tránsito alegre en el final de su agonía asfixiante:
  • Alicia M. Maresцитуєторік
    Van Mensch, en cambio, defiende que estos pececillos voladores tienen a su modo una vida tan prolongada y tan plena como la de cualquiera otra criatura, pues para ellos el tiempo tendrá una medida de duración distinta de las otras bestias, según medimos todos el reloj que a cada uno nos va comiendo en el variado camino de las criaturas entre sus vidas y sus muertes.
  • Alicia M. Maresцитуєторік
    Tres minutos, más o menos, si se hace la experiencia, le toma a este desdichado animalito germinar, madurar, desovar y clavarse en el agua cuando está ya a punto de asfixiarse de aire; y dos segundos tarda luego en ser comido por peces de mayor tamaño que lo han estado esperando abajo.
  • Alicia M. Maresцитуєторік
    las corrientes del río Paraná, según se llega allá por los humedales del Bermejo, hay un cierto pez tornasolado que nace y crece en el aire, y que solo para morir entra en el agua.
  • Alicia M. Maresцитуєторік
    Quizá al final estos animalillos se dejen caer en las corrientes y mareas con la certidumbre de que vivirán al menos un instante de dichosa plenitud cuando al fin puedan llenar sus branquias con una sabrosa bocanada de agua, y de que serán felices durante el átomo de un segundo que para ellos será eterno antes que los hagan trizas, en la misma agua que los ha salvado, sus anhelantes predadores.
  • Alicia M. Maresцитуєторік
    Ahí siguen los pobres, yo los vi y puedo dar fe de ello: creo que este invierno esos peces miserables cumplirán cuarenta años, nadando en su estanque, tristones y perplejos.
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