En líneas generales, dicha modalidad terapéutica se sustenta en el hallazgo de que la actividad del sistema nervioso simpático de estos pacientes está alterada.
Paola M. Arvizuцитує3 роки тому
Enseguida se le muestra cómo, a través de centrar la atención hacia fuera (hacia las tareas que implica la interacción social y el medio ambiente), en vez de hacia adentro, es posible romper con el círculo vicioso que perpetúa el sonrojo.
Paola M. Arvizuцитує3 роки тому
pero para los que experimentan más intensamente (o sobredimensionan) las emociones auto-conscientes, como el embarazo, la vergüenza o la culpa, verbalizar lo vivido es extraordinariamente difícil.
Paola M. Arvizuцитує3 роки тому
Igualmente, después de la menopausia se presentan episodios de coloración facial rojiza en ausencia de precipitantes psicológicos. Se denominan bochornos o sofocos (hot flushes) y se asocian a una disminución en los niveles de estrógenos.
Paola M. Arvizuцитує3 роки тому
En otras palabras, en algunas personas el proceso de evolución de un mecanismo defensivo devino en una respuesta emocional adaptativa excesiva o en un sistema que se activa erróneamente, generando, frente a estímulos menores, el rubor facial que vemos en nuestros pacientes y las distorsiones cognitivas y pensamientos irracionales que suelen acompañarlo.
Paola M. Arvizuцитує3 роки тому
Por el contrario, es principalmente el ponerse colorado en ausencia de precipitantes claros
Paola M. Arvizuцитує3 роки тому
otras palabras, se puede decir que cuando se dan ciertos fenómenos naturales que nos afectan negativamente, los llamamos enfermedades.
Paola M. Arvizuцитує3 роки тому
Además, escapaba al control de mi voluntad, me impedía ser soberano de mi cuerpo y, en la medida que se repetía una y otra vez, iba erosionando, lentamente pero sin pausa, y en forma eficiente, la valoración que yo hacía de mi mismo.
Paola M. Arvizuцитує3 роки тому
dolor genuino, físico o psíquico, siempre es —en definitiva— subjetivo y auto referente.
Paola M. Arvizuцитує3 роки тому
mientos que las acompañan. Según esta lógica, dentro de ciertos límites, la rabia puede servir para proteger un territorio que se cree amenazado, la tristeza puede ayudarnos a sanarnos a través de la introspección, el miedo nos protege de los peligros circundantes y la culpa nos permite redimirnos.